¿Quién no soñaba cuando era pequeña en “robarle” los esmaltes de uñas a su madre para pintarse de todos los colores? ¿Y quién no lo hizo alguna vez? El esmalte de uñas es una de esas joyas del tocador que brilla con luz propia y que llena de color nuestro look. No podemos evitar que su presentación, su brillo, su textura y hasta su olor característico, nos llamen la atención y nos atraigan, por muy mal que se nos dé lo de pintarnos la mano derecha (la izquierda, para las zurdas).
Tendemos a coleccionar lacas de uñas (acumularlas, en algunos casos) en busca del color ideal para cada temporada. La razón es que estos van cambiando con la moda y el mate pastel que nos parecía ideal la primavera pasada a sido desbancado por un tono metálico con brillo en el invierno. Además, sus precios suelen ser tan asequibles y cunden tanto…
Hoy en día, la tecnología ha avanzado muchísimo y podemos encontrar numerosos tipos de esmaltes de uñas con diferentes propiedades y funciones:
– Base: este tipo de esmaltes suelen funcionar como hidratantes y protectores. Se usan para evitar que el uso de colores acabe por amarillear la uña.
– Top coat: se aplican como último paso de la manicura, sobre el color, bien para protegerlo o bien para darle un toque de glitter.
– De secado rápido: entre 40 y 60 segundos tardan en secarse estos pintauñas según los fabricantes que lanzan este tipo de lacas para aquellas mujeres que suelen combinar las uñas con el look que vayan a lucir, y por ello necesitan cierta rapidez.
– Secante: se aplica directamente sobre el esmalte de color para acelerar el secado y también funciona como top coat.
– Permanente y semipermanente: los esmaltes o geles permanentes duran aproximadamente 3 semanas. Algunos requieren lámparas UV para secarse.
– Para decoración: es el esmalte específico para trabajar con placas de estampación de nail art y hacer dibujos sobre las uñas.
– Perfumado: para las que no pueden soportar el olor a laca de uñas y les gustan los aromas frutales.
– Con tratamiento para el crecimiento de la uña: te ayuda a que las uñas crezcan sanas y fuertes, además de en menos tiempo.
Acabados infinitos
Además, los efectos también se han multiplicado y podemos lucir infinidad de texturas: mate, brillo, con glitter, craquelado, metálico, holográfico, satinado, manicura francesa, etc. Todas las marcas pelean por imponer sus gamas y sus acabados en el mercado, porque, además, hay público para todos los gustos…
Te recomendamos conocer la marca Claresa, ya que además de sus esmaltes semipermanentes nos ofrece multitud de decoraciones para hacer nuestras uñas más originales.
Si eres fan de los esmaltes de uñas, otra cuestión que debes tener en cuenta es la de la conservación. Es conveniente almacenar las lacas en un lugar donde no reciban la luz del sol y, a ser posible, que esté a baja temperatura. La nevera es un lugar idóneo, por ejemplo.
Imprescindible también no dejarlos abiertos durante mucho tiempo y agitarlos si hace mucho que no los usamos, para mezclar de nuevo los componentes. A veces ocurre que cuando volvemos a utilizar un color que hace tiempo que no usábamos, encontramos el esmalte espeso y difícil de aplicar. Debes saber que existen diluyentes de esmalte para recuperar esos que se te han estropeado.
No olvides que el esmalte de uñas es como un accesorio más dentro de tu vestuario y por ello merece tanto cuidado y atención como el resto de complementos. Una manicura desastrosa, puede dar una imagen pésima, mientras que una manicura cuidada puede dar información sobre lo elegante, chic, austero o provocativo de tu personalidad.